26 diciembre, 2008

Navidad sinónimo de consumismo

La navidad se ha convertido en un tiempo de consumismo desmesurado. Dejando a un lado verdaderos valores de solidaridad, paz, compasión y amor. Pero, ¿se puede consumir ayudando?

Por todas partes se reciben mensajes, que, aunque no quieras, acaban por influirte. La publicidad juega un papel muy importante. Hace creer que lo más significativo es comprar, comprar cosas que frecuentemente son innecesarias y superficiales.

Las empresas sacan sus productos al mercado y hostigan al consumidor con sus mejores ventajas y cualidades. Es inevitable caer y comprar no sólo los productos alimenticios que se necesitan para las cenas navideñas sino también los regalos para familiares y amigos.

Durante el resto del año son varias las personas que se quejan del precio de los productos: por el gasto escolar al comienzo del año lectivo, por la subida de gasolina, etc. Sin embargo, con la navidad se produce el efecto contrario. Todo el mundo tiene asumido que celebrar la navidad significa comprar. Esto lleva a la mayoría de individuos a gastar su dinero sin importar que la gran demanda navideña sea aprovechada por las empresas para poner altos precios a sus productos.

Se pierde verdaderos valores pero, supuestamente, se ganan otros como “vales cuanto tienes, las apariencias son las que mandan, la alegría reside en consumir a cualquier precio”.
Nos hemos convertido en una sociedad en la que cuanto más tenemos, más queremos. Por ejemplo, los niños de clase media y alta tienen juguetes pero sin embargo piden otros ya que los que tienen pasaron de moda o simplemente porque ya no les gustan. Similar es el caso con los adolescentes y jóvenes, con la única diferencia que ya no son juguetes lo que piden sino ropa u otros artículos.

Pero, lamentablemente, los niños, adolescentes y jóvenes prefieren un producto de marca conocida que de marca desconocida, uno que salga anunciado en la televisión a otro que no salga, prefieren seguir yendo de compras solo por el placer de comprar. Derrochando en navidad aunque con esto estemos dejando morir a miles de personas trabajadoras y creativas.

Se relaciona el querer-amar con el comprar y el comprar con la publicidad. Se termina sometido a la dictadura de la publicidad que se olvida de alternativas de consumo más justas social y ambientalmente, como pueden ser buscar juguetes de artesanía local, sin embalajes innecesarios, no bélicos, que estimulen la creatividad, adecuados a cada tipo de edad.

La sociedad se está volviendo tan ciega ante la posibilidad de tener más que no ve los problemas que esto trae consigo. No se dan cuenta que por elegir malgastar su dinero en un juguete de Matel o unas zapatillas Nike puede morir una persona de hambre. Por la simple razón que su producto no tiene una marca conocida o porque no está las 24 horas del día en los medios de comunicación y vallas publicitarias.

Es lamentable ver como la idiosincrasia de los ecuatorianos hace más rico al más rico y más pobre al más pobre. A la hora de comprar no pienses individualmente. Recapacita y decide comprar ayudando al que más lo necesita.

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